lunes, agosto 01, 2011

Y bien. ¿Cómo me disloqué el codo?

Esta es una historia de la que me reiré toda mi vida :D
Primero que nada recontemos mi vida de los últimos meses.
Bueno, después de mucho patalear logré pasar a séptimo y terminar al fin con mis materias de quinto. El último año de mi vida ha sido poco creíble; me he levantado más de 365 días a las 04:30 ó 04:50 de la mañana, logré establecerme en un trabajo e incluso mejorar en él aprendiendo lo más posible (de lo más que se pueda aprender en un lugar así), entré a Judo y pude exigirme las cosas más difíciles que he hecho en mi vida.

De mis largas caminatas hacia mi trabajo, saliendo mientras el sol aún no se encuentra victorioso y regresando a casa cuando ha perdido su larga batalla he aprendido mucho; realmente mucho. He sacado adelante muchas de las ideas que tenía en mente y ha generado muchas otras que aún están en espera.
No creerían realmente lo que es ver a la ciudad cuando muchos duermen; está ahí, expectante intentando atraparte en su único y excepcional sueño. ¿Quieren saber algo sobre la ciudad de México? Nunca duerme. Jamás. Siempre está activa, en movimiento; esperando. Tal vez espera algún incauto que lleve los audífonos puestos para que intenten robarlo; tal vez espera a como poco a poco se llenen los microbuses hasta explotar ó quizá sólo sea que está allí viendo morir y vivir a cada uno de nosotros.
¿Es la clave saben? Morir y vivir, todo en un segundo, en una respiración. Cualquier arte marcial te enseña lo importante que es observar la vida en un respiro. Nunca sabemos que va a pasar y nunca sabemos qué seguirá después del siguiente paso. Estar listo a todo, siempre.

Pero algo que he aprendido en Judo y después de horripilantes e humillantes derrotas es que necesitas seguir peleando. No sé que tanto ó no sepan de éste deporte; pero no es tan difícil como lo ven. La idea es derribar al rival con una técnica bien aplicada para que caiga de espaldas al tatami (ó piso); si no cae completamente de espaldas ó la técnica está mal realizada te pueden conceder ½ (wazari) ó ¼ (yuko) de punto; pero si no hemos obtenido el punto completo con el derribe, entonces se debe inmovilizar ó rendir al oponente en el suelo.
Vale, dicho esto debo decir que varias veces me inmovilizaron por pensar que me habían derribado de ippon (punto completo) y he aprendido que nunca debes dejar de pelear sólo porque te hayan derribado. Seguir luchando es parte del deporte.
Hace poco, platicando con mis maestros y algún buen amigo he logrado concretar una idea que creo que refleja lo que me ha pasado el último año. Y es que el Judo no es un simple sistema de defensa. El Judo es vida; es inevitable caer ó ser derribado. Pero una vez que estás en el suelo no queda más que seguir peleando. Y que nadie les diga lo contrario; dejar de luchar es morir.
Con ese pensamiento he enfrentado la vida desde hace un año; me encontraba en la posición más débil y horrible en la que haya estado jamás.

Y bueno, lo diré con las palabras apropiadas: Era un fracaso.

No por el hecho de serlo; si no porque me había convertido en mi definición de fracaso. Es cierto y me da pena decirlo, pero estaba estancado; perdido, derrotado. Había tirado la toalla y simplemente dejé de pelear.

Y entonces encontré el Judo. Que me ayudo a reflexionar y echar adelante mis cualidades; porque en definitiva eso de echarse pa’ atrás no va con la gente de Neza. No señor. Así que decidí volver al tatamí y levantarme decidido a pelear. (Jajaja esto suena al pare de sufrir ¿Verdad?)
Y luché y peleé durante un año completo.

Durante ese año, me levanté a las 04:30 am, dormí a las 23:30 hrs y no me dejé derrotar ni bajé las manos una sola vez. Tomé mis errores, frustraciones y cosas del pasado para convertirme en una mejor persona y dar algo de lo que he tomado de la vida. Afronté los retos lo mejor que pude, siempre con la frente en alto. Volví a ser yo mismo; retomé el camino perdido.

Y sólo me tomó un año darme cuenta de todo eso. Sólo un año…

En fin, la cuestión es que nunca rendirse será importante de aquí en adelante. Lo aprendí hace mucho tiempo y no entiendo cómo es que lo olvide…

Digamos que logre salir del hoyo y me perfile hacia el borde del precipicio.
Y después de un año de entrenar llegaron los interpolitécnicos de Judo. Ya he estado antes en competencia de los interpolitécnicos y siempre los he sentido un poco más especiales que otras competencias. Pero nunca había tenido uno de Judo. Nunca.

La cuestión es que estaba allí; decidido a hacer un buen papel. Había faltado a mi trabajo, llevaba unas tortas para el camino e incluso llevaba algunos comics pues pensaba ir a la ExpocomicMX. Por supuesto eso quedó en el olvido ¬¬’ en fin…

Y creo que llegamos al meollo del asunto. Me disloqué el codo. Pero aún no decido qué tipo de historia es: ¿Una de éxito? ¿De fracaso? ¿De lecciones aprendidas? ¿De errores fatales?
¿Qué tipo de historia es está? Le he dado muchas vueltas al asunto y llevo un mes tratando de escribir sobre esto. Pero me cuesta mucho trabajo. En serio.

Se trata sobre un error, una falla, un fracaso. Y sin duda una lección.

Falté ese día a mi trabajo; el 19 de Junio llegué al pesaje para la competencia, el cual pasé sin ningún problema; al estar en +100 sólo tengo que estar bien dormido y haber comido para estar en peso (y de cualquier modo entraría :P ). Mis contrincantes, también de +100 eran en fuerza y peso superiores a mí por 10 y 17 kilos.

La espera fue terrible; algo que siempre he odiado tanto en atletismo como en Judo es que siempre nos dejan al final -suspiro- y eso me da weba.

Pero llegó una chica de upiita –falta foto- a apoyarme, platicar conmigo y cito; “ver cómo te madrean”… Lo cual al final sucedió.

Estaba allí a punto de entrar contra el que se suponía era el más difícil: Un cinta café muy buena onda de 127 kilos.

Ya me había enfrentado antes a él; y debo decir que me derrotó de forma rotunda. Pero era mi competencia favorita y no caería sin dar pelea. Así que empezamos; el intentó tirarme un par de veces pero no lo permití, cambié los agarres y me zafé bien de un par de intentos de barrida, cada que él lo intentaba yo lo intentaba también. De pronto me llevó al final del tatami se dio media vuelta; me tomó por sorpresa y caí marcando el referí “Wazari”, rápidamente hice candado con mis piernas a la suya para evitar la inmovilización. Nos separaron y volvimos a pelear.

Un par de intentos más para derribarme con barridas y con otras técnicas; varias de ellas bien realizadas; logré volverme a alejar un poco y después casi con una copia del movimiento anterior volví a caer. Está vez quedé en una mejor posición para intentar inmovilización, pero era demasiado tarde; le marcaron un “Wazari” más y perdí. Había sido derrotado, pero al menos esta vez día batalla a Batalla (así se apellida está alma de 127 kilos :D ).

Me preparé para la siguiente pelea.

El que sería un poco más sencillo según yo, un compañero mío del dojo zacatenco esta vez de 120 kilos y según me han dicho con menos tiempo de entrenar que yo.

Ya había competido varias veces con él y sabia que normalmente sólo utiliza una técnica llamada oso to gari, con la cual de hecho me derribó un par de veces en el pasado; también sabía que podía derribarlo con “makikomi” pero que seguramente intentaría bloquearme. Pero aún así estaba preparado; medite un momento pensando en mis últimos años y en todo lo que había pasado desde que entre al Judo. Escuché mi nombre, di media vuelta y entré al tatami.

Comencé como siempre tratando de aproximarme a mi oponente, cambiando el agarre y tratando de controlarlo. Intentamos los dos un par de barridas y no nos movíamos, mientras uno intentaba entrar el otro bloqueaba. A decir verdad no recuerdo muy bien qué fue lo que sucedió pero después de bloquear un par de “oso to gari’s” hizo algo y caí, me volteé un poco. Pensé que había perdido en ese momento, pero no; marcaron “Yuko” (algo así como un cuarto de punto y la diferencia mínima en este deporte), me protegí por si hubiese querido realizar pelea en suelo (ó “ne waza”). Detuvieron la pelea (después de 10 segundos sin prosperar en el suelo, los oponentes se paran y vuelven a combatir), me reí de haberme dejado tirar y fui sobre de él.
La pelea fue pareja. Un par de veces me sacó de balance y caí sobre mis rodillas (lo cual no marca puntuación), me paraba e intentaba ganar la posición para derribarlo. A la mitad del encuentro nos marcaron “shido”: por una infracción al no combatir (se da cuando solo te agarras al oponente pero no intentas hacer daño), en este caso fue para los dos; él seguía ganando.

Bloqueaba muy bien y yo cambiaba los agarres para poder entrar algún derribe. Las dos veces que logré quitar su bloqueo entré con una especie de variante de “makikomi” y en ambas logré tirarlo sobre mi espalda, pero nunca logre girar para que fuera punto y por tanto no fue marcado.

Después de estas acciones pensé: Ya lo tiré dos veces del mismo lado; tengo que intentar algo diferente.

Y lo hice. Creo que en mi vida volveré a intentar ippon seoi nage. ¬¬’
Intenté usar esa técnica y no logré jalarlo; bloqueo muy bien, regresé y él me desbalanceó un poco. Pero muy poco. E hice lo que nunca nunca nunca nunca nunca nunca debes hacer en el Judo; metí la mano. Un instante, un segundo y al ver que estaba fuera de balance se aventó sobre de mí.


Dicen que en ese segundo en el que él se aventó lanzaban al tatami la señal de que la pelea había terminado. Algo poco normal en el Judo (El tiempo límite es de 5 minutos y rara vez se llega a esté por que las peleas acaban de entre uno y tres minutos; si señores ese es el tiempo en el que alguien se tarda en ponerle su mandarina en gajos a otra persona. Increíble ¿No?).

Yo cerré los ojos; todo se hizo negro, oí tres chasquidos en mi codo (se oye como si chasquearas los dientes sólo que más escalofriantes y en tu brazo). Abrí los ojos; él estaba sobre de mí intentando inmovilizar, yo lo aventé un poco pero sabía que algo estaba mal. Volteé a ver mi brazo y estaba al revés, como si estuviera saludando pero al revés (OJO: está pudo ser sólo mi percepción, mi maestra de Judo comenta que no estaba totalmente del otro lado, eso y que soy bien chillón). Fue lo más escalofriante que me ha pasado en mi vida.

Mi maestro lo separó de mí. Escuché a un compañero gritar “su codo”. Intenté levantar el brazo y me dolió mucho; grité. Inmediatamente llamaron a la doctora, mi contrincante fue el primero en querer ayudarme y le grité que se alejara de mí. ¿Qué manchado no? No pensé en lo que le dije hasta que llegué al hospital.

No quiero que piensen que Alfredo (mi contrincante) es el malo de la historia. Nada de eso, es mi compañero y amigo, sólo que me ayudado a dislocarme el codo. Si alguien tuvo lo culpa fui yo. Mi codo sintió mi peso más el peso de mi contrincante con aceleración y dijo; “nel yo ya no juego”.

Bueno, sentí que me iba a agarrar mi brazo (que me dolía un buen) y por eso dije eso, pero acepto que estuvo mal.

El Judo es un deporte de contacto, si no supiera que ese tipo de cosas pueden suceder y no entendiera los riesgos, estudiaría punto de cruz en vez de un arte marcial.
Yo no sabía qué hacer, nunca me había pasado nada parecido; de repente cada dolor y tristeza en mi vida aparecieron frente a mí. Me sentí muy mal, pensé que no volvería a entrenar jamás, que mi (pseudo)carrera de judoka y arte marcialista se había terminado. Eso me dolió más que mi brazo. Entro mi maestra y se me puso en las piernas y me empezó a decir chistes sobre que ya iba a ser como todos ellos (casi todos mis superiores alguna vez se han dislocado algo), que no pasaba nada y que todo iba a estar bien. Yo me reí porque sabía que era cierto.

La asistencia entró a valorar mi situación, el diagnostico fue que me había dislocado el codo.
Intentaron quitarme el Judogui (lo cual es una tarea difícil hasta para mí) y no lo lograron hasta que les dije: Jalen aquí, jalen allá y saqué el brazo. La doctora intento hacer la contracción y no lo logró. Sólo daba vueltas al codo cuál matraca y no lo metía. Realmente que me diera vueltas al codo era doloroso, pero aceptable. Lo que realmente me dolía era cuando la mendiga vieja se distraía/Hablaba con alguien/Hablaba con su celular! (mendiga vieja ¬¬) Y me dejaba caer la mano. Eso sí me dolía un (#ingo y dos montones.

¿Quieren saber cómo duele? Vean como grita este tipo cuando le aplican la palanca. Así duele.

Y así estuve, en lo que a mí me parecieron 5 ó 10 minutos (de acuerdo con fuentes más cuerdas en ese momento pasaron al menos 15 minutos de lo cual me siento muy avergonzado), hasta que mi maestra dijo algo (no recuerdo las palabras exactas pero quería decir: ¿Pueden sacarlo de aquí para que deje de estorbar y podamos seguir con la competencia?).
Yo me reí y pensé: ¡Demonios! ¡Tiene toda la pinche razón! ¡¿Por qué chingados no me he levantado?! (Vi en el once un programa en el que me explicaron por qué no pensé en eso, pero esa es otra historia).

No me dolía tanto como para no levantarme, pero curiosamente nunca pensé en hacerlo hasta que mi maestra “amablemente” lo sugirió, pedí que sostuvieran mi mano y me levante.

Todos aplaudieron. Cosa que hasta la fecha no entiendo porque hicieron. Espero que haya sido por que por fin podían seguir las competencias, porque si era sólo por levantarme me cae que no necesitaba un aplauso a mi soberana estupidez. ¬¬

Oí a una compañera decir “¡Pinche Joel! ¿Para qué mete la mano?” Estoy totalmente de acuerdo.
Esté error de principiante cometido por un principiante en el Judo es algo que yo siempre decía: Nunca metan la mano; es mejor llevarse el ippon. Y juro que sólo fue un segundo, pero suficiente para dislocarme el codo. Definitivamente me sentí el más tonto ser del universo.

Ya fuera del tatami y en el área médica, me pusieron una inyección quesque para el dolor (de la cual fue muy chistoso ya que no me quitó el dolor pero tampoco sentí el piquete jajaja) y otro médico me revisó el brazo. Dijo: “Vamos a intentar meter el brazo una vez más; denle una venda para morder”
Cuando dijo eso sobre decir que pensé que todo el dolor que había sentido ese día no se comparaba con lo que iba a venir. Mordí la tela esperando un gran dolor y…. “click” “clack” entró el brazo y listo. No me dolió nada comparado con lo que había pasado.
Nos fuimos en la ambulancia, pasamos los siete infiernos de las urgencias del seguro social. Agradezco mucho al mejillas (otro de mis maestros de Judo) que me ayudó a pasar ese infierno, calmándome diciendo que sí iba a regresar a entrenar y ayudándome en tareas que eran muy difíciles para mí en ese día. Me pusieron una férula y durante tres semanas no moví el brazo. Hasta el momento no puedo extender ni contraer totalmente el brazo. En el regreso a mi casa la novia de mi maestro Edgar lo obligó a llevarme hasta Pantitlán :P Yo agradecí la compañía.
Lo demás es historia.
¿Qué me dejó está historia? Buena pregunta.
Bueno, después de sentir lástima por mí mismo. Tomé mi brazo con férula y me dediqué a sacar adelante mis materias. Terminé el semestre y tomé las vacaciones más largas que he tenido desde hace cuatro años.
Por primera vez en los últimos dos años supe qué se sentía quedarme 24 horas en mi casa descansando.
Aprendí a auditar redes y con eso viene la posibilidad de estar un poco más activo en el blog.

Cambié el diseño del blog (por si no lo notaron) y estoy a punto de entregar los últimos comics de la iniciativa ZAIDKIK! De la COLECTA MONSTRUO.

Incluso ahora soy miembro honorario del club ROTARACT SAN MIGUEL CHAPULTEPEC POLITÉCNICO. Ah, y cambié una bomba de agua y el desagüe del lavabo de mi casa, ambos en compañía de mi padre :P

También pude platicar un poco más con la familia y mi hermana en especial.

Además estoy más cerca de ser un superhéroe; por que no hay ninguno medianamente conocido que nunca se haya dislocado algo :D

Y sí me volviera a pasar lo primero que haría sería pedirle a mi maestra que me sacara una foto con el codo dislocado :P

Incluso pude ver capítulos de RAMSAYS KITCHEN NIGHTMARE Y BATMAN: THE BRAVE AND THE BOLD.

¿Nada mal para unos meses de ser un tullido inútil verdad?
¿Qué sigue?
Bueno hay un par de proyectos detenidos con los CHAPULTEPOLIS, hay reseñas por entregar en LA COVACHA y también quiero hacer un par de cosas con la comunidad de OS UPIITA de mi escuela.
Y por supuesto; acabar mi carrera.
Pero queda muy pendiente poder mover muy bien mi brazo para regresar al Judo. Y algunos me han preguntado; ¿Por qué regresar?
Bueno; primero porque me gusta, después para que lo de mi brazo JAMÁS vuelva a ocurrir.
Y por último; para demostrar que el Judo es un deporte y un arte marcial muy, muy fuerte. Pero que definitivamente no es más fuerte que yo; y de eso estoy seguro. Les apuesto unas tortas del pulpo a que lo soy.

Por ahora espero el momento en que pueda mover el brazo, de regresar UPIITA, al trabajo, al Judo y algún día ser ingeniero.
Pero por el momento aún espero...

PS. Jajaja Leán esto con está canción de Ricky Martin y burlense de mí. Jaja no lo pude evitar :P
Nota: Está crónica está sujeta a mis objetividades más subjetivas. Tal vez algo de lo que se haya puesto aquí difiera de la realidad. Dénme chance taba  malito XD


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como que oso to gari, llevas mas tiempo que yo...se escribe o soto gari...buueno...con..lo..repecto..a.tu..codo....mmm...alfredo..te...quiso..ayudar...a.levantarte....y...tu...lo...golpeaste...en...la...mano....:(.....cuando...te...fuiste....con..mi...padre....al...hospital.......me..quede...un..ratote....consolando..a.alfredo.....porque....casi....lloraba....de.la.....culpa.........estaba...tan...tristee.......y...afectado.....que.....estaba......con...la...cbeza...baja...en.un...rincon.....pobresillo....pero...ya...le..explicamos...que...no...habia..sido..su.culpa....haunque...no...mejoro..mucho....pero...ps...estaba...muy..molesto...consigo..mismo....
Bueno me gusto esta muy bbueno tu blog.....muy buena redacion de los hechos....
bueno bye cuidate...
B
E
S
O
S
:)

Anónimo dijo...

Me hubiera gustado mucho estar allí, para asustarme y burlarme de ti.

Lei tu reseña de loki en la cobacha. Esta chida.

Suertesita